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miércoles, 1 de abril de 2015

Allí me colé y en tu boca ¿me quedé?


En el post de hoy queremos, como siempre, aportar conocimientos generales sobre Microbiología. Sin embargo, hoy lo haremos de una forma diferente.

Os contamos una prácticas llevada a cabo por alumnos de Microbiología del Grado de Farmacia de la Universidad de Navarra. En ellas, se plantearon dos proyectos experimentales diferentes: uno centrado en el estudio del proceso de fermentación y otro en el estudio de enjuagues bucales.

Antes de entrar al laboratorio, se plantean una serie de cuestiones relacionadas con el tema para que el alumno, ya con micropipeta en mano, tenga una idea más clara de lo que está haciendo en el laboratorio y sobre todo, del porqué.

Hoy hablaremos del segundo proyecto: ENJUAGUES BUCALES. EL objetivo de este proyecto era estudiar la eficacia de los enjuagues bucales así como conocer su mecanismo de acción. Las cuestiones planteadas hacían referencia a los siguientes conceptos: antisépticos, microbiota bucal, composición de los enjuagues bucales, etc.




En el post de hoy tratamos estas cuestiones con la ayuda de algunos alumnos. Lo que hemos hecho ha sido seleccionar algunos de los trabajos entregados y, con su permiso, los hemos utilizado como fuente de información.

Por ello queremos dar las gracias a todos los alumnos de 2º de Farmacia de la Universidad de Navarra por el gran trabajo realizado en el laboratorio y especialmente a Itziar Álvarez, Blanca Bosch, Raquel Arriazu e Íñigo Aparicio por su colaboración para realizar de este post.


¿Qué son y para que sirven los enjuagues bucales?



Un antiséptico o desinfectante es toda aquella sustancia que inhibe el desarrollo de los microorganismos patógenos o los mata. Las sustancias antisépticas se aplican sobre tejidos vivos mientras que los desinfectantes se aplican sobre superficies inertes.

Los antisépticos engloban una amplia lista de compuestos con función antibacteriana, entre los que se encuentran los enjuagues bucales.


Según la Farmacopea, los enjuagues bucales son preparaciones bucales que contienen uno o más principios activos con efecto local o general, destinadas a refrescar, desodorizar, o realizar asepsia o limpieza en la cavidad bucal.




La cavidad bucal forma parte del sistema digestivo, está relacionada con procesos como la respiración, el lenguaje o la recepción del sentido del gusto. Dada la importancia de todas las funciones que desempeña, cuidar nuestra salud bucal es fundamental, aunque muchas veces se descuida. La microbiota bucal es el conjunto de microorganismos (bacterias, protozoos, hongos) localizados en la cavidad bucal y es una de las más complejas y variadas del cuerpo humano. En un mililitro de saliva pueden llegar a encontrarse hasta 100 millones de bacterias de más de más de 300 especies diferentes, de las cuales solo 20 actúan como residentes (microbiota normal). Así, encontramos mayoritariamente cocos Gram positivos anaerobios facultativos (Streptococcus viridans, S. mutans, S. sanguis, S. salivarius, S. oralis o S. mitis), cocos Gram negativos (Neisseria y Veillonella) y bacilos Gram positivos (Actinomyces, Lactobacillus, Bifidobacterium, etc.)

Las enfermedades en la cavidad bucal aparecen cuando hay algún desequilibrio en la microbiota normal. Algunos de los factores que intervienen en ese balance son: humedad, pH, temperatura, integridad de la mucosa, descamación de las células, saliva, etc. Entre las patologías bucales más comunes encontramos caries y placa dental, gingivitis, periodontitis y hipersensibilidad dentinaria.

Las formulaciones de los enjuagues bucales pueden incluir varios principios activos, entre los que destacamos:

Clorhexidina: Antiséptico de amplio espectro de actividad antimicrobiana frente a bacterias, hongos y levaduras. Actúa permeabilizando la membrana bacteriana

Cloruro de cetil piridinio: Derivado del amonio cuaternario, ejerce su acción antiséptica por ser un surfactante de tipo catiónico, alterando la permeabilidad de la membrana microbiana.

Lisozima: enzima antibacteriana que rompe el peptidoglicano de la pared celular lo que conlleva la entrada masiva de agua que hincha la célula produciendo su lisis. Además, es una potente proteína catiónica que desestabiliza membranas, incluyendo la envoltura de virus.

Flúor: Ayuda a fortalecer las encías y prevenir la gingivitis. Además evita la adherencia de la placa sobre el diente gracias a su carga iónica y estimula la remineralización del esmalte descalcificado evitando la formación de caries.

Además, este tipo de preparaciones pueden contener conservantes antimicrobianos y otros excipientes adecuados, tales como espesantes, emulsionantes, reguladores del pH, humectantes, solubilizantes, estabilizantes, aromatizantes y edulcorantes.

Así que no lo olvidéis. La boca es una de las principales vías de contacto de nuestro organismo con el exterior. Por lo tanto, la microbiota bucal es un importante componente que debemos cuidar para mantener una buena salud, pues contribuye al funcionamiento del sistema inmune y proporciona resistencia frente a la colonización de agentes patógenos.


Para acabar y como curiosidad, el día mundial de la salud bucodental se celebra el 20 de marzo. Aunque recordad que la higiene de tu boca es una prioridad del día a día.

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